Realiza esta oración a la Virgen María cuando te encuentres en una situación desesperada y difícil. La Virgen María te escuchará y te dará fuerzas para seguir luchando, confía en la misericordia de nuestra Santísima Madre la Virgen María y reza esta oración en momentos de desesperación y desconsuelo.
Debes repetir la oración siete veces seguidas un solo día. Hazlo con mucha fe y con mucho amor hacia la Virgen María. Ten la certeza de que estás siendo escuchada o escuchado por ella, siente el amor y la paz que la Santísima Virgen María nos ofrece.
Al terminar de rezar la oración puedes encender una vela blanca para agradecer.
Es conveniente rezar la oración en completa soledad.
Milagrosa oración a la Virgen María para casos desesperados
Comenzamos la oración.
Milagrosa y Bendecida Virgen María, Señora Dulce y Bondadosa.
Sé que puedo confiar en ti porque nunca nos abandonas, por eso, con el corazón lleno de esperanza acudo a ti, a tu prodigioso poder para que me ayudes en este duro momento.
Virgen María, Madre de Jesús, ruega por mí y escucha mi necesidad, mi angustia y mi dificultad.
(EN ESTE MOMENTO DEBES HACER TU PETICIÓN PERSONAL Y CONTINUAR CON LA ORACIÓN)
Santa María, Reina del Cielo, Madre Gloriosa, entre tus brazos siempre encuentro refugio, en tu corazón siempre hallo el amor que preciso.
Por eso me atrevo una vez más a pedir tu auxilio Celestial.
Tú que siempre amparas a los que sufren y proteges a los más vulnerables, apiádate de mí y consuela mi alma.
Tu misericordia y tu bondad son infinitas, como infinito es mi amor y mi devoción por ti.
Gloriosa Virgen Santísima, por el poder que solo tú tienes y que te fue otorgado por Dios Padre, haz el milagro en mí y escucha mis ruegos.
Ruega por mí necesidad y salva mi corazón de la tristeza.
Bendita María, Madre Venerada, no me abandones jamás, no dejes que me aparte de tu camino el camino, de la fe y de la esperanza.
Gracias Gloriosa Madre.
Amén
Recuerda a rezar esta oración siete veces seguidas un solo día.
Al terminar puedes encender una vela blanca para agradecer.
Nunca pierdas la fe, ni la esperanza por muy desesperada que sea tu situación, la Virgen María te ayudará a seguir caminando.
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Que tus súplicas sean escuchadas y que la bendición y la protección de la Virgen María estén cada día contigo y con los tuyos.
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