Oración de las siete palabras de Jesús en la cruz para la llegada de un increíble milagro a tu vida
Reza esta oración una vez por la mañana al despertar y otra vez por la noche antes de ir a dormir. Hazlo así durante siete días consecutivos sin interrumpir y observa el milagro que sucede en tu vida.
Comenzamos
Oh Jesús Alto Señor de los Cielos, hijo de Dios nuestra Luz Divina, nuestra única verdad .
Ten piedad de mí Señor.
Primera palabra:
Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, ruega por mí Jesús, ruega por mi alma, perdona todos y cada uno de mis pecados, perdona cada vez que de ti me he olvidado, perdona el rencor que en mi interior he albergado, perdona cada palabra hiriente que he pronunciado, perdona el daño que he causado.
Perdóname Señor, mi Jesús ten piedad de mí señor.
Segunda palabra:
Hoy estarás conmigo en el paraíso.
Hermoso Jesús, por mi agonizaste en la cruz, por mí derramaste tu preciosa sangre bendita.
El paraíso me espera a tu lado Señor. Allí rendiré cuentas ante ti y la gloria eterna será conmigo.
Ten piedad de mí Señor.
Tercera palabra:
He aquí a tu hijo, he aquí a tu Madre oh Jesús, hijo de la Santa Madre María, la Virgen Inmaculada hermosa Reina de Ángeles y Arcángeles, madre abnegada, protectora y misericordiosa a tus pies madre me arrodillo pidiendo clemencia, suplicando perdón y solicitando su virtuosa bendición.
Ten piedad de mi Señor.
Cuarta palabra:
Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? Oh Señor Jesús, mi salvador, sé que nunca me abandonas, sé que tu espíritu está conmigo, sé que tu luz ilumina mi camino, sé que mis dudas tienen respuesta en ti, sé que mi corazón está por ti bendecido.
Ten piedad de mi Señor.
Quinta palabra:
Tengo sed Jesús compasivo, calma mi sed de amor, calma mi sed de justicia, calma mi sed de paz, calma mi sed de abundancia, calma mi sed de ti Señor.
Ten piedad de mí.
Señor sexta palabra:
Todo está consumado Milagroso Jesús, Señor justo y noble en tu corazón, vivo donde se proclama el amor y la verdad, donde nada malo me puede pasar, donde solo encontraré la más hermosa y solemne felicidad.
Ten piedad de mí Señor.
Séptima palabra:
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, Venerado Jesús, prodigioso redentor, mi alma y mi vida pongo en tus manos Jesús para sentir en cada momento tu milagrosa fuerza, tu incondicional amor, tu grandeza de espíritu.
Ten piedad de mí Señor.
Amén
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Que la bendición y la protección de Jesús sea siempre contigo y con los tuyos.
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