Oración que os ayudará a resolver cualquier conflicto, problema o situación difícil en la que os encontréis
Debes rezar esta oración siete veces seguidas durante siete días consecutivos sin interrumpir.
Hazlo con fuerza con fe y con muchísima esperanza de ser escuchada o escuchado por el Señor de los Milagros.
El séptimo día, al terminar de rezar enciende una vela blanca en nombre del Señor de los Milagros para agradecer.
Es conveniente rezar esta oración en completa soledad.
Comenzamos
Oh Imponente Señor de los Milagros, poderoso Hijo de Dios Padre y de la Santísima Virgen María.
Me presento ante ti con toda mi humildad, mi fe y mi esperanzas puestas en ti.
Atravieso un momento difícil, adverso y desesperado.
No encuentro salida, no veo la luz, no siento poder solucionarlo solo.
Tu, Señor de los Milagros, Jesús Crucificado, puedes ayudarme con tu fuerza, tu poder y tu divina providencia.
(EN ESTSE MOMENTO DEBES HACER TU PETICIÓN PERSONAL Y CONTINUAR LA ORACIÓN)
Señor de los Milagros, a tus pies me arrodillo, a tus ojos me expongo y a tu sagrada voluntad me entrego.
Espero ser digna o digno de ti, pido perdón por todo aquello que en contra de las leyes de Dios Padre he podido realizar.
Bendito Señor de los Milagros, acógeme en tu pecho y ruega por mí para salvarme de este terrible tormento.
Bendice y protege mi camino, cada uno de los pasos que deba dar y resuelve este problema tan desesperado, amargo y desproporcionado que me causa tanto dolor, incertidumbre y agonía.
A tu infinita misericordia me acojo con ilusión, esperanza y fervor.
Se que me escucharás y me ayudarás.
Oh Señor, no me abandones y acude en mi auxilio.
Sabes que lo que te pido es necesario, que se escapa a mi condición humana.
Por eso recurro a tu divinidad, a tu inagotable bondad y a tu imprescindible intervención.
Gloria a ti Señor de los Milagros, Gloria en el cielo y en la tierra, Gloria a Dios Padre Todopoderoso y Gloria a tu Madre la Santísima Virgen María.
Amén
Recuerda que debes rezar esta oración siete veces seguidas durante siete días consecutivos sin interrumpir.
Hazlo con muchísima fuerza, con fe y con muchísima esperanza de ser escuchada o escuchado por el Señor de los Milagros.
El séptimo día, al terminar de rezar enciende una vela blanca en nombre del Señor de los Milagros para agradecer.
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Que la bendición y la protección del Señor de los Milagros esté siempre contigo y con los tuyos.
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