Oración que te ayudará a callar las bocas, las malas lenguas, y a los enemigos.
A esas personas que van criticándote, que van hablando mal de ti, y a esas personas traicioneras. Bueno, pues para callar bocas, para las malas lenguas, para callarlas, para silenciarlas, para que no digan nada contra ti, para que esas personas no vuelvan a criticarte ni a difamarte ni a inventar rumores sobre ti, bueno, pues para eso es esta oración que es muy, muy poderosa.
Bien, esta oración la tienes que rezar siete veces seguidas cada día durante siete días consecutivos. Siete veces seguidas y siete días consecutivos sin interrumpir. Debes rezarla con mucha fe, confiando en el poder milagroso de Jesús y en que esas malas lenguas, esas bocas malignas, esos enemigos, van a dejar de criticarte, de hablar mal de ti, de rumorear o de cuchichear.
Lo que ocurre es que te recomiendo, esto no es obligatorio, pero si puedes, cada día que vayas a rezar la oración, coge una velita blanca de este tipo. Si quieres poner otro tipo de vela, pues de este tipo, lo que tú quieras, pero estas son las más económicas. Vale, pues cada día que vayas a rezar la oración, prendes una velita blanca. Antes de comenzar a rezar, la enciendes y vas a rezar la oración delante de esa vela. Cuando termines de rezar la oración las siete veces seguidas, dejas que la vela se consuma completamente y los restos los tiras. Al día siguiente, cuando vuelvas a rezar, pues coges otra velita nueva, la prendes antes de empezar a rezar y rezas tu oración siete veces seguidas, y así durante los siete días, con lo cual necesitarías siete velas.
Vuelvo a repetir, no es obligatorio. Si me dices, «Oye, yo es que no puedo encender velas o porque vivo acompañada o acompañado», pues nada, no hace falta, no tienes por qué encenderlas, ¿vale? Es simplemente para aquellos que podáis prender la velita cada día que reces. Vamos a hacer la oración. Toma buena nota de ella, anótala y recuerda rezarla como te he dicho, siete veces seguidas cada día durante siete días consecutivos en cualquier momento. Vamos a ver la oración.
Oración:
Mi amado Jesucristo, mi redentor y estrella guía, quien con infinita bondad ilumina mis días y con su poder supremo ofrece refugio frente a la adversidad y concede el bálsamo que sana las heridas más profundas de mi ser, con el corazón humilde y la mirada fija en tu misericordia divina, me postro ante tu solemne y sagrada presencia buscando el consuelo de tu divina gracia en medio de las tribulaciones que hoy me aquejan.
En este momento debes hacer tu petición y después continuar la oración. Oh Jesús, hijo amado del padre y fruto bendito del vientre virginal de María, eres el fiel conocedor de mis angustias, de mis noches sin descanso y de la inquietud que turba mi alma. Tú ves las sombras que se ciernen sobre mí y los estragos que el dolor y la aflicción han sembrado en mi camino. Oh Señor, sabes bien que existen aquellos que, movidos por el despecho y la inquina, difunden mentiras y maldades sobre mí. Comprendes, Jesús, que soy el blanco de sus insultos, objeto de la malignidad de los que me aborrecen, y víctima de la envidia que sus corazones albergan.
Con fervor te invoco, Jesús, para que silencies sus bocas y contengas sus lenguas traicioneras que contra mí conspiran. Magnífico Salvador, imploro tu justicia divina sobre quienes injustamente me acosan, difaman y deshonran. Anhelo y solicito que tu luz celestial disipe las sombras de la calumnia y que tu vigor divino me asista en la lucha contra todo antagonista. Benevolente maestro, detén la calumnia y las falsedades, extirpa la envidia y los designios perversos que contra mí se forjan. Envuélveme en tu manto sagrado cada vez que el mal se aproxime para que nada pueda perturbarme. Ilumíname con tu sabiduría y guíame en la prudencia para esquivar las trampas que se tienden ante mis pasos. Ordena que se acallen las voces adversas y que sus mentiras y maldades queden invalidadas por la eternidad. Que el ácido de sus palabras se disuelva en la nada y que sus intenciones nocivas se disipen en el vacío. Convierte sus corazones, Señor, guíalos hacia la luz del arrepentimiento y la comprensión del dolor.
Confío mi ruego con la certeza de que en tu infinita clemencia hallaré el alivio y la respuesta que mi alma ansía.
Amén.
Muy bien, pues ya tienes la oración, las instrucciones que son muy sencillas. Hazla con mucha fe, con mucha fuerza, confiando en Jesús, confiando en la justicia divina y confiando en que esas personas silenciarán sus lenguas, silenciarán sus bocas, y no volverán a criticarte, no volverán a mirarte mal, no volverán a decir nada en tu contra.
Que la bendición y la protección de Jesús sea contigo desde ahora y por siempre. Confía en esta oración y en su fuerza y verás cómo se van a callar esas bocas y esas lenguas maléficas.
Deja una respuesta