Oración muy poderosa a San Judas Tadeo para romper cualquier tipo de atadura, brujería, mal de ojo o racha de mala suerte.

Además, es ideal para bloquear a los enemigos, detener sus energías negativas y asegurarte de que no te afecten. Es una oración muy potente para cortar todo tipo de maleficio, brujería, mala suerte, mal de ojo, envidias, y ataduras. Si estás en esa situación y necesitas romper con esas ataduras, quédate y escucha esta oración. Anótala y repítela tal y como te voy a decir, y te aseguro que a partir de ese momento sentirás cómo toda esa mala energía y vibración desaparecen.

Ahora, vamos a ver esta oración. Debes rezarla tres veces seguidas cada día, durante siete días consecutivos sin interrumpir. Eso sí, necesitas hacerlo con unas tijeras, tal como te voy a explicar. Usa unas tijeras que tengas en casa: puede ser una tijera de cocina, una tijera para cortar papel, o cualquier otra que tengas a mano.

Instrucciones para la oración:

1. Sujeta las tijeras con ambas manos abiertas. Con las tijeras en esta posición, reza la oración que te voy a mostrar a continuación. Hazlo tres veces seguidas. Puedes hacerlo en cualquier momento del día: por la mañana, por la tarde o por la noche.
2. Repite la oración tres veces cada día durante siete días consecutivos sin interrumpir. Siempre sujeta las tijeras mientras rezas. Al terminar la oración, cierra las tijeras y guárdalas en su sitio habitual. Usa las tijeras con normalidad el resto del día.
3. El último día, después de rezar la oración con las tijeras en la mano, cierra las tijeras al terminar y guárdalas en su sitio. Úsalas como de costumbre. Te aseguro que, a partir de esos siete días, notarás fuertemente el poder de esta oración y de San Judas Tadeo. Sentirás cómo corta toda atadura, brujería y negatividad.

Oración a San Judas Tadeo:

Venerado San Judas Tadeo, apóstol sublime y milagroso, patrón de los casos imposibles, me postro ante ti con humildad y esperanza, buscando tu divina intercesión en estos momentos de angustia y necesidad. Tu nombre, sinónimo de esperanza y auxilio divino, resuena poderosamente como una luz milagrosa en la oscuridad que ahora me envuelve.

Con fe absoluta acudo ante ti con la firme convicción de que escucharás mis súplicas y llevarás mis plegarias ante el trono de la divina gracia. Reconozco, oh San Judas, que me encuentro triste, afligido y asustado por ataduras invisibles que entorpecen mi camino, rodeado de sombras que buscan mi caída. Enemigos ocultos urden tramas contra mí y fuerzas oscuras intentan desviar mi sendero.

Sin embargo, en este instante de desolación, recuerdo tu poderosa intercesión, capaz de disipar las más densas tinieblas y de liberar las más pesadas cadenas. Me postro ante ti no solo como un fiel devoto en busca de amparo, sino también como un alma que reconoce tu inmensa bondad y tu capacidad para obrar milagros allí donde todo parece perdido.

Eres el patrón de lo imposible, el refugio de los desesperados, y en ti deposito toda mi confianza y esperanza. Te pido, oh glorioso San Judas, que intercedas por mí ante nuestro Señor Jesucristo, para que su misericordia infinita se derrame sobre mi vida, que su luz divina disipe todo atisbo de maldad, que su amor incondicional rompa todas las ataduras que me aprisionan y que su poder me libere de toda brujería, enemigo y peligro que aceche mi existencia.

Concédeme, amado San Judas, la fortaleza para enfrentar cada desafío con valentía y la sabiduría para discernir entre el bien y el mal. Que tu protección me envuelva como un manto sagrado, alejando de mi camino todo mal y tentación, guiándome siempre hacia la paz, el amor y la prosperidad.

Bondadoso patrón, haz que en cada momento de duda y temor pueda sentir tu presencia consoladora, recordándome que no estoy solo, que tu intercesión poderosa es mi más grande respaldo ante las adversidades de la vida. Te agradezco, San Judas Tadeo, por escuchar mi oración, por ser mi guía y protector. Comprometo mi vida a seguir tus enseñanzas y a propagar tu devoción como testimonio de los milagros que, por tu intercesión, se manifiestan en aquellos que con fe y esperanza acuden a ti.

Amén.

Muy bien, ya tienes la oración y las instrucciones. Recuerda: reza la oración tres veces seguidas cada día durante siete días consecutivos con las tijeras en las manos. Al terminar, cierra las tijeras y guárdalas en su sitio. Vas a notar el cambio completamente, de verdad. Es muy efectiva cuando hay mala energía, enemigos a tu alrededor, o sientes que te han hecho alguna brujería a ti o a tu pareja.

Haz esta oración y romperás todas esas ataduras. Además, generarás una protección para que esas personas no puedan hacerte nada.

Que la bendición y la protección de San Judas Tadeo estén siempre contigo desde este momento.

Oración antigua a San Benito para alejar problemas, peleas y negatividades de tu entorno.

Cuando sientes que hay mala energía a tu alrededor, cuando hay muchos bloqueos, discusiones con tu persona especial, pareja o familia, y sientes que hay una energía que envuelve todo en oscuridad, bloqueando y negativizando, te recomiendo que hagas esta oración. San Benito es un poderosísimo intercesor para alejar todo lo malo y protegerte. Esta oración está enfocada justamente en eso: alejar problemas, resolverlos y alejar definitivamente las negatividades, peleas, conflictos y malas vibraciones para dar paso en tu vida al bienestar, la paz y la felicidad.

Esta oración la debes rezar siete veces seguidas cada día durante siete días consecutivos sin interrumpir. Puedes rezarla por la mañana, tarde o noche, en cualquier momento del día. Es muy importante que la reces con mucha fe, intención, esperanza y fuerza, creyendo en la fuerza intercesora de San Benito y en el poder milagroso de esta oración.

El último día, el séptimo día, cuando hayas terminado de rezar las siete veces, vas a tomar una velita blanca, si tienes posibilidad, y la vas a prender después de rezar. Solo el último día prendes la velita, vuelves a concentrar y canalizar tu energía hacia todo aquello que deseas en tu vida, y la dejas que se consuma completamente. Cuando se haya consumido, tiras los restos a la basura.

Esta velita la encenderás el último día en nombre de San Benito para potenciar y manifestar más fuerte tu deseo. No es obligatorio, pero sí un consejo para intensificar el efecto de la oración. Dicho esto, no me queda más que darte la oración para que puedas rezarla, anotarla y rezarla como te he comentado: siete veces seguidas cada día durante siete días consecutivos, y el último día prendes una velita. Te aseguro que si te encomiendas a San Benito, esa mala energía y vibración desaparecerán.

Oración a San Benito

Oh excelso San Benito, espejo luminoso de virtudes inquebrantables y receptáculo radiante de la divina gracia, me presento ante ti con fe y humildad, buscando la serenidad y protección de tu poderoso manto. Tu corazón, rebosante de amor y caridad, se convierte en mi refugio, y con fervor te suplico que intercedas por mí ante el trono resplandeciente de nuestro Señor.

Frente a los desafíos y peligros que acechan en cada rincón de mi día, a ti me encomiendo, buscando tu luz en las sombras y tu paz en medio del tumulto. Resguarda mi espíritu de aquellos que buscan mi daño, de las trampas del adversario y de las tempestades de la negatividad. Inspírame, oh Santo protector, a seguir tu camino de rectitud, virtud y amor divino. Que tu bendición, como un faro, me guíe a través de los mares oscuros, alejándome de las tentaciones que buscan mi caída.

Con dulzura y fervor te suplico: otórgame las gracias y favores divinos que mi alma anhela en medio de las adversidades, dificultades y penas que la vida terrenal pone ante mí. Tu corazón, San Benito, siempre fue un manantial inagotable de amor, comprensión y misericordia hacia aquellos que enfrentan tormentas y desesperanzas. Jamás negaste tu auxilio a quien te buscaba, brindando consuelo y guía en momentos de desolación.

Con profunda fe invoco tu poderosa intercesión, esperando y creyendo que atenderás mi súplica y me brindarás la gracia especial que con todas mis fuerzas te solicito.

En este momento, debes hacer tu petición personal y después continuar la oración.

Siempre y cuando sea para exaltar la gloria de Dios y para el bienestar y salvación de mi alma, auxíliame, majestuoso San Benito, para vivir en gracia, para enfrentar cada día con valor, y para que al final de mis días sea recibido en el reino celestial, gozando de la bienaventuranza eterna.

Amén.

Ya tienes la oración y las instrucciones. Confía plenamente en San Benito y en este rezo. Cuando te encuentres en una situación oscura, negativa, de mucho conflicto o problema, haz esta oración con mucha fe. Te aseguro que las cosas van a cambiar radicalmente y sentirás que la paz, el bienestar, la felicidad y la buena energía empiezan a reinar en tu vida mientras lo malo se desvanece, como apartar las nubes negras para dejar que salga el sol en tu vida. Hazla cada vez que lo necesites de la forma que te he explicado.

Oración que te ayudará a callar las bocas, las malas lenguas, y a los enemigos.

A esas personas que van criticándote, que van hablando mal de ti, y a esas personas traicioneras. Bueno, pues para callar bocas, para las malas lenguas, para callarlas, para silenciarlas, para que no digan nada contra ti, para que esas personas no vuelvan a criticarte ni a difamarte ni a inventar rumores sobre ti, bueno, pues para eso es esta oración que es muy, muy poderosa.

Bien, esta oración la tienes que rezar siete veces seguidas cada día durante siete días consecutivos. Siete veces seguidas y siete días consecutivos sin interrumpir. Debes rezarla con mucha fe, confiando en el poder milagroso de Jesús y en que esas malas lenguas, esas bocas malignas, esos enemigos, van a dejar de criticarte, de hablar mal de ti, de rumorear o de cuchichear.

Lo que ocurre es que te recomiendo, esto no es obligatorio, pero si puedes, cada día que vayas a rezar la oración, coge una velita blanca de este tipo. Si quieres poner otro tipo de vela, pues de este tipo, lo que tú quieras, pero estas son las más económicas. Vale, pues cada día que vayas a rezar la oración, prendes una velita blanca. Antes de comenzar a rezar, la enciendes y vas a rezar la oración delante de esa vela. Cuando termines de rezar la oración las siete veces seguidas, dejas que la vela se consuma completamente y los restos los tiras. Al día siguiente, cuando vuelvas a rezar, pues coges otra velita nueva, la prendes antes de empezar a rezar y rezas tu oración siete veces seguidas, y así durante los siete días, con lo cual necesitarías siete velas.

Vuelvo a repetir, no es obligatorio. Si me dices, «Oye, yo es que no puedo encender velas o porque vivo acompañada o acompañado», pues nada, no hace falta, no tienes por qué encenderlas, ¿vale? Es simplemente para aquellos que podáis prender la velita cada día que reces. Vamos a hacer la oración. Toma buena nota de ella, anótala y recuerda rezarla como te he dicho, siete veces seguidas cada día durante siete días consecutivos en cualquier momento. Vamos a ver la oración.

Oración:

Mi amado Jesucristo, mi redentor y estrella guía, quien con infinita bondad ilumina mis días y con su poder supremo ofrece refugio frente a la adversidad y concede el bálsamo que sana las heridas más profundas de mi ser, con el corazón humilde y la mirada fija en tu misericordia divina, me postro ante tu solemne y sagrada presencia buscando el consuelo de tu divina gracia en medio de las tribulaciones que hoy me aquejan.

En este momento debes hacer tu petición y después continuar la oración. Oh Jesús, hijo amado del padre y fruto bendito del vientre virginal de María, eres el fiel conocedor de mis angustias, de mis noches sin descanso y de la inquietud que turba mi alma. Tú ves las sombras que se ciernen sobre mí y los estragos que el dolor y la aflicción han sembrado en mi camino. Oh Señor, sabes bien que existen aquellos que, movidos por el despecho y la inquina, difunden mentiras y maldades sobre mí. Comprendes, Jesús, que soy el blanco de sus insultos, objeto de la malignidad de los que me aborrecen, y víctima de la envidia que sus corazones albergan.

Con fervor te invoco, Jesús, para que silencies sus bocas y contengas sus lenguas traicioneras que contra mí conspiran. Magnífico Salvador, imploro tu justicia divina sobre quienes injustamente me acosan, difaman y deshonran. Anhelo y solicito que tu luz celestial disipe las sombras de la calumnia y que tu vigor divino me asista en la lucha contra todo antagonista. Benevolente maestro, detén la calumnia y las falsedades, extirpa la envidia y los designios perversos que contra mí se forjan. Envuélveme en tu manto sagrado cada vez que el mal se aproxime para que nada pueda perturbarme. Ilumíname con tu sabiduría y guíame en la prudencia para esquivar las trampas que se tienden ante mis pasos. Ordena que se acallen las voces adversas y que sus mentiras y maldades queden invalidadas por la eternidad. Que el ácido de sus palabras se disuelva en la nada y que sus intenciones nocivas se disipen en el vacío. Convierte sus corazones, Señor, guíalos hacia la luz del arrepentimiento y la comprensión del dolor.

Confío mi ruego con la certeza de que en tu infinita clemencia hallaré el alivio y la respuesta que mi alma ansía.

Amén.

Muy bien, pues ya tienes la oración, las instrucciones que son muy sencillas. Hazla con mucha fe, con mucha fuerza, confiando en Jesús, confiando en la justicia divina y confiando en que esas personas silenciarán sus lenguas, silenciarán sus bocas, y no volverán a criticarte, no volverán a mirarte mal, no volverán a decir nada en tu contra.

Que la bendición y la protección de Jesús sea contigo desde ahora y por siempre. Confía en esta oración y en su fuerza y verás cómo se van a callar esas bocas y esas lenguas maléficas.