Tres Salmos más poderosos y milagrosos del mundo
Para que a través de su rezo diario encuentres la paz, la felicidad y el consuelo que necesitas en momentos de dificultad. Comprobarás que rezando estos salmos varios días seguidos tu vida comenzará a cambiar.
Reza los tres salmos seguidos una sola vez al día debes hacerlo durante siete días consecutivos sin interrumpir.
Si necesitas hacerlo por más tiempo hazlo siempre por periodos de siete días, es decir, siete días, 14 días, 21 días o 28 días según tu necesidad.
Hazlo con fe, con fuerza y sintiendo la milagrosa presencia de Dios Padre contigo.
Es conveniente rezar los salmos en soledad.
Comenzamos
Salmo 1
Venturoso aquel que no anda en compañía de los malhechores.
Bendecido aquel que no camina por la senda de los pecadores ni se reúne con los bandidos.
Afortunado aquel que encuentra en la ley del Señor su camino y se entrega a la verdad de Dios porque ese hombre o esa mujer será como un árbol fuerte, arraigado junto al arroyo de aguas puras y tranquilas.
Un árbol sagrado que da su fruto en el tiempo convenido cuyas hojas nunca se marchitan.
Todo aquello que se proponga tendrá la bendición de Dios e irá encaminado hacia el éxito.
No sucederá lo mismo con los maliciosos, con los perversos y con los pecadores ya que el viento los arrastrará como mala hierba seca.
Por lo tanto, no podrán los malvados encontrar la paz en el juicio final, ni hallar la Gloria Eterna ante Dios, porque el Señor vela y custodia el sendero de los justos y valerosos.
Sin embargo, el camino de los indignos será oscuro y tenebroso.
Salmo 23
El Señor es mi pastor, es mi guía y mi salvador.
A su lado nada me faltará, él me permitirá reposar en verdes y abundantes prados para reponer mis fuerzas.
Sanará mi alma y curará mis heridas, me guiará por la senda del amor y siempre velará por mí.
También, cuando atraviese oscuros senderos y me enfrente a obstáculos poderosos el Señor me cuidará y siempre será mi maestro y mi protector.
No temeré ningún mal porque a su lado nada puedo temer.
Tus palabras de amor siempre infundirán en mí la fuerza necesaria para combatir todo mal y a todo enemigo.
Tu bendición y tu amor están conmigo siempre y por siempre en tu morada habitaré mi Señor
Salmo 54
Oh Dios, sálvame por tu Nombre.
Hazme justicia con tu increíble poder.
Oh Dios, escucha mis plegarias, atiende mis necesidades tan desesperadas porque mis enemigos se han alzado contra mí para atacarme, perjudicarme y apartarme de tu lado.
Pero Dios es mi ayuda, mi salvador y mi eterno protector.
El señor es mi amparo y siempre está a mi lado.
Todo el mal que mis enemigos me desean se volverá contra ellos.
Oh Señor, fulmina para siempre el mal que sobre mí acecha.
Haré sacrificios voluntarios en tu nombre, daré testimonio de fe y daré las gracias en tu nombre mi Señor, porque me libras de todo mal y he visto la derrota de mis enemigos.
Recuerda que debes rezar los tres salmos seguidos una sola vez al día.
Debes hacerlo durante siete días consecutivos sin interrumpir. Si necesitas hacerlo por más tiempo hazlo siempre por periodos de siete días, es decir, siete días, 14 días, 21 días o 28 días según tu necesidad.
Hazlo con fe, con fuerza y sintiendo la milagrosa presencia de Dios Padre contigo.
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Que la bendición y la protección de Dios Padre sea siempre contigo y con los tuyos.